Antes de proponerme este micro ritual audiovisual; había tenido un leve acercamiento al libro, a través del prólogo de Borges. Sinceramente, me dijo mucho (peyorativamente), y nada (peyorativamente); es mi culpa por seguir con mi molesta e insípida tradición de leer los prólogos.
Quedándome varado un poco entre los dulces, agudos e hiperactivos beats; me decido a abrir el libro, encaminado (como pateandome por el culo) por una reverberación de capas minimalísta.
Hay movimiento, la sobrecarga de imagenes es fresca; sin duda, escogí bien la música; ambos andan de lo acidulado a lo cerebral. La desenfadada variedad morfológica del libro acelera el ritmo, buenas decisiones; diversidad creativa.
: : : : : : L O A D I N G : : : : : :
Lo que escuchaba mientras leía el libro:
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